Todo o Nada

¡Todo es un riesgo amigo!, tener hijos es un riesgo, casarte es un riesgo, emprender un negocio es un riesgo, salir de viaje es un riesgo, volar en avión es un riesgo, hacer el amor es un riesgo, salir en bici en un riesgo, es más, te diré que tan riesgosa es la vida: ¡NADIE SE VA DE AQUÍ CON VIDA!

Si no quieres vivir una vida con la intención de alcanzar tu plenitud, entender la felicidad, dar máxima expresión a tus talentos y vivir una vida con propósito, entonces este artículo no es para ti, regresa por donde llegaste y continúa tu vida, ya que este apartado es solo para los que comprenden el sentido de responsabilidad, aún y en aquellas cosas que no son tu culpa.

Asumiré que si quieres seguir leyendo entonces hay algo que aún no te deja tranquila la conciencia, que aún quieres conocer la verdad acerca de cómo vivir una vida plena, cómo entender la felicidad, cómo dar máxima expresión a tus talentos y, sobre todo, cómo vivir una vida con propósito. Si ese es el caso, te felicito, llegaste al lugar adecuado.

Permíteme entonces ser visceralmente honesto pare decirte lo que tienes que saber, seas hombre o mujer, blanco o negro, alto o chaparro, gordo o flaco, no me importa, eso no es relevante, pues el objetivo aquí es dominar la AUTOCONCIENCIA para comenzar a provocar cambios significativos en tu vida.

Establezcamos por lo tanto que no pudimos elegir dónde nacer, que no pudimos elegir a nuestros padres, no elegimos nuestra situación económica, quizá ni siquiera controlamos lo que nos sucedió en la infancia y debido a eso crecimos con mucho miedo, traumas e inseguridades que arrastramos hasta la edad adulta, quizá tuvimos un trágico accidente y perdimos a nuestros padres, a nuestros hijos, a nuestros hermanos, un brazo o alguna otra extremidad y vivimos un mundo lleno de bullying en las escuelas, tuvimos pocos amigos y perdimos todo lo que más nos importaba, tal vez tuvimos un familiar enfermo durante años y vimos como su vida se iba deteriorando en cámara lenta en los fríos pasillos de un hospital, de pronto en un abrir y cerrar de ojos, se fueron nuestros primeros años al pendiente de los cuidados intensivos en esa sala de hospital, y lo peor de todo es que no hubo nada que pudiéramos hacer, excepto aguantar la agonía de una niñez difícil.

Tal vez tu padre te abandonó cuando eras niño y creciste sin una figura paterna, o tal vez vivía en tu casa, pero era como si estuviera muerto porque su mente estaba en otro plano, nunca escuchaba tus palabras ni te ponía atención, de hecho, quizá desquitaba su ira contigo y con tu madre o tus hermanos simplemente porque invadían su espacio y de la nada perdía la cabeza. Posiblemente fuiste víctima de algún abuso sexual y quedaste marcada o marcado para siempre porque destruyeron tu única infancia cuando apenas eras un retoño y el dolor te hizo madurar más rápido que al resto de los niños de tu edad, dejando un hueco inmensamente grande en tu corazón y exponiéndote a un dolor indescriptible por el abuso físico y emocional que te tocó vivir… aun así, sigues aquí, respirando…

Probablemente no te has dado por vencida o por vencido porque anclas tu presente a seres que siguen tus pasos, pero eso no quiere decir que transitar la vida sea fácil, el dolor sigue siendo insoportable y sigues sin poder descansar en sueños profundos durante las noches, pues esas heridas no han sanado y no tienes un lugar donde refugiarte del mundo, por lo tanto, tal vez encontraste consuelo artificial en el mundo de las drogas, en el alcohol, en el trabajo excesivo, en el deporte, en el sexo o la pornografía, solamente para obtener un poco de dopamina que te permita continuar respirando otro día más de silenciosa desesperación.

Tal vez yo estoy equivocado y ya intentaste darte por vencido o por vencida, ¡más de una vez inclusive!, y sorpresivamente los planes de un suicidio silencioso no han salido como lo esperabas, y el caso es que sigues aquí, respirando...

Sin temor a equivocarme puedo asegurarte que bajo tanto fuego y a estas alturas, ¡has maldecido a Dios con todo tu corazón!, le has gritado con toda tu fuerza: “¿Dónde has estado cuando más te he necesitado?”, “Si en realidad estas aquí y te dices ser un Dios de amor, ¿dónde carajos estás?” “¿Qué te he hecho para que permitas eso?, ¿Por qué no haces nada?, ¡Te odio!...

Ahora, es momento de comenzar a calmarnos y leer con mucha atención lo que sigue: ¿ya te diste cuenta de que a pesar de todo sigues respirando?, esas son excelentes noticias, pues lo que sigue puede ir en contra de toda ideología ortodoxa que pueda estar dominando tu mente en este momento, pero pon tu mano en el corazón y di lo siguiente: “Dios, hágase tu voluntad aunque comience a perderlo todo, Dios, hágase tu voluntad aunque comience a perderlo todo, Dios, hágase tu voluntad aunque comience a perderlo todo, pues si sigo respirando, esto aún no ha acabado”

Compañeros, a veces no entendemos que si pedimos cosas grandes, Dios tiene que quebrarnos para reconstruir nuestro carácter antes de confiarnos una red de peces importante, por ello, entender que, si las cosas se derrumban afuera y nosotros seguimos aquí, es para aprender lecciones invaluables acerca de la obediencia, el amor y la responsabilidad, y la pérdida y el fracaso son los únicos maestros que nos ponen de rodillas para reflexionar profundamente en lo que hemos hecho mal. Entre más rápido comprendas esta lección te encontrarás en la vía rápida de la reconstrucción de tu carácter y serás inquebrantable, pues no guardarás rencor a nadie, no buscarás culpables, no querrás perder el tiempo tratando de arreglar el pasado, sino al contrario, estarás de pie tratando de descifrar cómo hacer para construir un futuro brillante, libre de culpa y con amor a tu prójimo mediante una actitud de servicio genuina, y así comenzarás a cambiar tu realidad día a día, pues entenderás que la vida no te debe nada, que el karma no existe y que cosechamos lo que sembramos.

La oración anterior acerca de la voluntad de Dios es muy poderosa y debes repetirla hasta que inunde tu alma y seas capaz de dejar ir todo sentimiento negativo que tengas, no ceses en hacerla tuya.

Finalmente, te invito a seguir de cerca mis mensajes y los podcasts, pues aquí estamos los locos, los idiotas, los que no pensamos bien las cosas, los que nunca comprendimos como era la escuela ni la vida, los desubicados, pero también los no nos conformamos con cómo son las cosas y por eso nos atrevemos a dar pasos fuera de la zona segura, para los subestimados, para los que dudamos todo el tiempo de nosotros mismos, para los que simplemente no encajamos en ningún lado, y si eres uno de esos, entonces aquí tienes una familia que ama y te cobijará para que puedas reconstruir tu carácter y convertirte en tu mejor versión con Dios por delante de todas las cosas.

Así que si necesitas volver a comenzar, hazlo, provoca el cambio tú mismo, vuelve a empezar desde cero, olvídate de todo lo que has hecho hasta ahora y comienza nuevamente, deshazte de todo lo que creas conveniente para transformar tu mente, entrégale tu dolor a Dios y vuelve a ser el niño que perdiste en el caminar de la vida, él te dirá que hacer y cómo construir esta nueva vida, pues él sabe cómo escuchar a Dios y te ayudará a encontrar el fuego perdido.

Hasta pronto campeones y campeonas, seguimos en contacto.
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